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ORIGEN DEL TECLADO QWERTY

Origen  teclado qwerty

En el artículo de hoy, vamos a desentrañar uno de los interrogantes que a cualquier usuario de informática nos ha asaltado cuando comenzamos nuestros primeros pinitos usando el teclado; ¿por qué las teclas no están colocadas en orden alfabético? ¿Qué sentido tiene esta distribución en la que cuesta tanto, de primeras, localizar cada letra? Pues te adelantamos que, aunque podemos confirmar el “culpable”, no hay consenso en las fuentes del motivo certero de su propuesta.

 

Comencemos retrotrayéndonos al siglo XIX, concretamente a 1868, año en el que Christopher Latham Sholes vendió la primera máquina de escribir que sería comercializada, alcanzado un gran éxito y revolucionando la escritura. Este prototipo presentaba una disposición primigenia QWETY, pero fue retocada por los ingenieros de la corporación Remington, cuando dicha compañía compró la patente a Sholes y la comercializó al público. Estos, podríamos decir que son los hechos históricos, ahora bien, otra cuestión es dilucidar el porqué de que el bueno de Sholes decidió esta disposición y no otra aparentemente más lógica. Son dos teorías al respecto que gozan de mayor verosimilitud:

 

  • Impedir atascos por teclear demasiado rápido: Uno de los problemas que presentaban las antiguas máquinas de escribir, es que, si se pulsaban dos o más teclas casi al mismo tiempo, las varillas a las que estaban conectadas se podían enganchar, provocando así atascos. Evitar que esta situación se diera con frecuencia, es la explicación más aducida durante mucho tiempo para justificar que Sholes implementara semejante distribución del teclado, pues con ella quedaban separadas entre sí las teclas más usadas al escribir.
  • Diseño pensado para los telégrafos: Esta teoría está consiguiendo más aceptación debido a las investigaciones recientes sobre el tema. En concreto, en un artículo de 2011, sus autores defienden que el sistema QWERTY  se concibió para facilitar la tarea de los telégrafos, que fueron los primeros profesionales en probar el prototipo de esta máquina de escribir. La ventaja que les proporcionaba esta disposición en su desempeño era que tenían muy cercanas entre sí las letras Z, S y E, lo que les agilizaba la transcripción de estas letras desde el MORSE, dado que, en este código, son indistinguibles y dependían del contexto del mensaje para seleccionar cuál de ellas introducir.

No obstante, estas no son las únicas tesis que aún circulan para justificar el sistema QWERTY. Tal es el caso de la leyenda que atribuye el porqué de esta disposición a que era la más idónea para que los vendedores pudieran hacer demostraciones de su funcionamiento de manera sencilla, pues les permitía, usando solo las primeras cinco teclas, escribir el vocablo Typewriter, que no es otra cosa que el nombre del producto que intentaban vender: máquina de escribir.

 

 

De cualquier modo, independientemente de las razones reales que había detrás de esta curiosa estructura de teclas, lo que sí fue determinante en que se convirtiese en el “diseño universal” fueron las estrategias de la propia compañía que adquirió la patente, que se encargó de ofrecer cursos para aprender a usar su teclado y además se fusionó con cuatro de sus competidores más importantes. De esta forma, se adoptó este modelo como teclado de referencia en las máquinas de escribir y, posteriormente, también en los ordenadores.

 

De hecho, aunque décadas más tarde surgiría el sistema Dvorak, que presentaba mayores ventajas frente a su predecesor (como que facilitaba el uso de la mano dominante, puesto que había versiones tanto para zurdos, como para diestros) y poseía una disposición más lógica, no se consiguió desbancar a QWERTY de su hegemonía, ya que era para el que estaban previamente instruidos los trabajadores y porque la estandarización de su sistema había abaratado los precios de sus modelos.

 

Todo ello ha hecho que a día de hoy se mantenga presente el teclado QWERTY cuando hemos de introducir textos en los dispositivos tecnológicos, no solo ordenadores, sino también, en los smartphones, tabletas, etc. Manejarlo, por ende, sigue siendo esencial para desenvolverse en el entorno informático y, para ello, en Redint, contamos con cursos específicos de mecanografía, como el que ofertamos de forma online, a través de nuestro Campus Virtual: https://redint-getafe.es/formacion/campus-virtual