Afirmaba el filósofo Lipovetsky que la moda se caracterizaba por perseguir frenéticamente la novedad. Si bien es cierto que siempre será esta una de las pretensiones principales de este sector, los retos medioambientales que afrontamos, en estos tiempos, imponen a la industria textil la necesidad de buscar, también, la sostenibilidad y en todos sus procesos y materiales. Para ambos propósitos, la tecnología se ha convertido en la mejor aliada de la moda y las innovaciones que han propiciado los avances tecnológicos se han incorporado a ella a través de diversas áreas:
- Probadores virtuales mediante realidad aumentada y realidad virtual: con la implementación de estas tecnologías, la moda puede amplificar la experiencia del cliente, al permitirle probar cómo se vería con diferentes prendas y estilos, sin necesidad de contar físicamente con ellos. Las ventajas que acarrea incluyen el ahorro de tiempo y desplazamientos para el usuario y reducción de costes, también, para las propias tiendas. En este sentido, Google ha desarrollado una herramienta que, en su caso, utiliza la inteligencia artificial generativa, para simular cómo se vería la ropa en modelos de cuerpos reales, similares a los que cada usuario posea y que provean una referencia más realista a este para valorar si adquirir una determinada prenda. Actualmente, solo se encuentra disponible en EEUU.
- Ropa y complementos con IoT (Internet de las cosas): El internet de las cosas que conecta dispositivos entre sí desde cualquier punto lleva ya unos años plenamente integrado en el mundo de la moda, sobre todo, en la de deporte, ya que ya es muy común el uso de complementos como pulseras, relojes, diademas, etc., que miden la frecuencia cardiaca, contabilizan pasos… Y que, a su vez, se vinculan a otros dispositivos.
- Tejidos y materiales más sostenibles: en la búsqueda de una moda menos dañina para el medioambiente, es clave este aspecto, ya que uno de los factores que implican que esta industria sea tan contaminante son los materiales empleados, especialmente, en llamada fast fashion o moda rápida de consumo masivo. Por un lado, la tecnología facilita el reciclaje y la reutilización de los tejidos ya usados y, por otro, el desarrollo de otros biodegradables, como el econyl, que se sintetiza a partir de cañas de pescar, o el lino, el bambú y cuero vegetal, así como, los tejidos reciclados de algodón, poliéster o lana.
Asimismo, la tecnología también ha permitido dotar a los nuevos tejidos y materiales de propiedades especiales añadidas como son los tejidos bloqueadores de rayos ultravioleta, para proteger a la piel de los efectos nocivos del sol; los que son ignífugos, que evitan que el fuego se propague, los impermeables y los antibacterianos.
- Ropa generada con impresión 3D: la utilización de la impresión 3D para crear artículos de moda ha permitido a los diseñadores explorar y experimentar con nuevos conceptos en todos los momentos del proceso creativo, desde los bocetos hasta la confección final, dando lugar a vestimentas más innovadoras e impactantes visualmente. Esto se debe a que con la impresión 3D, se posibilita la materialización de diseños con estructuras complejas, que no podrían ser elaborados con los métodos convencionales. A su vez, con esta tecnología también se consigue mayor eficiencia y menor desperdicio de materiales, ya que se emplea la cantidad estrictamente necesaria para la confección.
